No sé si lo que escribo es bueno, pero me gusta. Porque está hecho desde mi corazón hacia los demás corazones y sin embargo no espera encontrar abrigo en ninguno de ellos.
Porque es espontáneo, no me copio de nadie, y para mí suena bonito. Porque necesito hacerlo y aunque nadie me lo pida, me enorgullece darlo. Porque no encuentro otra manera en que pueda decir las cosas que como las digo. Porque es mío y para mí, pero a muchos les pasa. Porque antes de escribirlo me da miedo admitir lo que dice. Porque hay poder en las palabras escritas con sinceridad y sin rodeos. Porque me he enamorado de la vida gracias a las letras que me explican, me retan , me consuelan... y en caso de que un día la abandone será a través de ellas. Porque sueño por escrito, y las ilusiones que creo (creando y creyendo) se mueren fuera, y no en el texto. Porque cuando no he realizado algo con gusto, lo destruyo. Porque todavía hay cosas que no he destruido. Por eso escribo. Por eso es bueno escribir. Por eso no puedo no escribir. Hay un ser que me posee en cada escrito, para salir al mundo tal cual es. Porque si no quisiera hacerlo no lo haría, porque si no escribiera, cantaría. Porque sería triste renunciar a las palabras. Pero más triste sería que ellas digan nada.
A aquel lector ocasional,
Ayelen.
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