martes, 28 de febrero de 2012

Caminabámos por la avenida tres llenos de buenos presagios en los bolsillos. Me hacía fuerte a cada paso a casa. Me hacía débil a cada palabra. Acá estamos, decías. Así de pisoteados que somos. Dame un abrazo. Vamos a llegar más lejos que todos los que nos olvidaron. Mirá aye, allá se asoma el sol, y más allá hay algo anaranjado que crece. ¿Lo ves? Eso es puro. Tengo que contarte algo. - Y no parás, te dejo hablar tranquilo, yo sólo camino con mi cansancio eterno y este dolor de cabeza que no para- ahí aye, mira ese muchacho. 
Se acerca desgarbado un hombre caminando, de una lado a otro van sus ideas y sus pasos. llora un poco. pero yo recien me percato de ello al tenerlo enfrente. me saluda con la mano extendida. se mete los mocos absorviendo el agua por las fosas nasales... 

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