Vomité, por todos esos odios reunidos que batallan a granel, por las amistades que envejecieron en mis manos, por los corazones que sacaron de mí dulzura y dejaron limones podridos...
Vomité repetidas veces, hasta olvidarme dónde estaba ,y quién era, por qué existo, para dejar de pensar si es necesario para alguien que exista.
Vomité todo el inodoro de la facultad para no escuchar más la vida que ...late contradictoriamente en mí, para que pare, que se reljae, que pare.
Y creanme, como una anoréxica de su propia rebelión, funcionó.
Yahora me siento más liviana, más suave, menos yo, más alegre, más transitoria, más tenue, más caminando sobre el piso como si realmente confiara en su existencia.
La cordura llena mi cuerpo poco a poco, y la locura se fue en aquel vomito. Bienvenida resurreción, no espero a nadie más.
No hay comentarios:
Publicar un comentario